¿Qué es la ATM? ¿Por qué duele la ATM?
La articulación temporomandibular, conocida como ATM, es la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo, y es la que permite que la mandíbula y la boca tengan movimiento. Si no fuera por ella, no podríamos comer, hablar o besar, ya que todos los movimientos de la mandíbula son posibles gracias a esta articulación que ejerce un mecanismo similar al de un eje de bisagra que permite movimientos de lado a lado y de arriba abajo. No existe una sola ATM, sino dos, una a cada lado de la cabeza.
Como muchas otras articulaciones del cuerpo está formada por ligamentos, cartílagos, tejido conectivo, inserciones musculares y también un disco articular (similar al menisco de la rodilla).
Como muchas otras articulaciones del cuerpo está formada por ligamentos, cartílagos, tejido conectivo, inserciones musculares y también un disco articular (similar al menisco de la rodilla).
Dolor de ATM: DISFUNCIÓN TEMPOROMANDIBULAR
El problema de esta articulación es que está sometida a mucha carga de trabajo y de fuerzas durante toda la vida y por ello es susceptible de sufrir alteraciones, patologías o lesiones, los llamados trastornos de la ATM. Además hay que tener en cuenta que la mayor parte de la población presenta una maloclusión dental (encaje inadecuado de los dientes) y de ahí que las cargas que soporta la ATM son más peligrosas y lesivas.
Los trastornos temporomandibulares pueden causar:
– Dolor localizado en la ATM (cerca del oído).
– Dolor en toda la cara (de un lado o de los dos).
– Dolor en la masticación.
– Limitación de la apertura de la boca y de los movimientos mandibulares.
– Dolor de cabeza y/o mareos.
– Degeneración ósea del cóndilo de la mandíbula o de la propia ATM en sí.
– Luxación o subluxación de la mandíbula.
– Dolor localizado en la ATM (cerca del oído).
– Dolor en toda la cara (de un lado o de los dos).
– Dolor en la masticación.
– Limitación de la apertura de la boca y de los movimientos mandibulares.
– Dolor de cabeza y/o mareos.
– Degeneración ósea del cóndilo de la mandíbula o de la propia ATM en sí.
– Luxación o subluxación de la mandíbula.
Estos trastornos suelen aparecer por una oclusión indebida (forma de cerrar incorrecta), por un hábito de bruxismo (apretar o rascar los dientes), por un desgaste prematuro del disco articular, por un traumatismo sobre la ATM, por una enfermedad de tipo sistémico o infecciosa, por hábitos disfuncionales (morderse las uñas o comer chicle), o por un exceso de estrés del individuo.
Para mejorar o eliminar los trastornos de la ATM existen varios métodos, siendo el objetivo principal el de conseguir una estabilidad de la ATM y reducir las cargas nocivas sobre ella. Lo más habitual es empezar por las terapias menos invasivas para llegar a procedimientos quirúrgicos en los casos más complejos.